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Daniel “Kiri” Escobar ha cantado por el Perú en Madrid el 2.3.19

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Corresponsal_Madrid 04 Marzo 2019
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Reseña en www.miguelgallardo.es/daniel-kiri-escobar.pdf

Presentado por la peruana Miryam Quiñones en “Abonavida”, Daniel “Kiri” Escobar ha traído a España el Perú más profundo y auténtico con su voz y su guitarra, sus manías de afinador (es un indicio de cuidada calidad musical), y sus recuerdos más entrañables bien contados pausadamente, respirando mucho y bien. Y sintiendo.

 

Para un madrileño que no ha viajado nunca al Perú no es nada fácil entender todo lo que dice, y más aún lo que quiere decir Kiri, pero sí que es muy obvio que Kiri es un icono cultural de primer orden para el Perú y que tiene vivencias y palabras (nos tradujo docenas de expresiones al castellano, pero perdiendo ricos matices y gracia peruana) que, aunque no podamos comprenderlas todas bien, con sus pausadas explicaciones introspectivas de sus mundos, nos hace interesarnos por la literatura y la música peruana desde el primer momento por sus discursos y el sentido metadiscurso que nos hace sentir, incluso a quienes solamente le entendemos poco y por fuera. Para entenderle bien, habría que conocer la vida y la obra de María Isabel Granda Larco (de quien la Wikipedia dice que nació en Cotabambas, Perú, el 3 de septiembre de 1920 y murió en Miami, Estados Unidos, 8 de marzo de 1983), más conocida como Chabuca Granda, gran cantautora y folclorista peruana que compuso un gran número de valses criollos y ritmos afroperuanos. Kiri le rindió un muy sentido homenaje con «Cardo o ceniza», acompañado por Mariela Köhn.

 

Kiri es un cantautor que conoce bien Europa desde hace más de tres décadas, pero se nota que nunca ha perdido sus raíces más profundas en el convulso Perú que mezcla lo mejor con lo peor y resumiendo en sus canciones observaciones estremecedoras sobre lo que televisiones y diarios peruanos deliberadamente ignoran. Kiri no dedicó ni media palabra a la política, ni mencionó nada político, ni siquiera ha dicho el nombre de ningún político, ni ha querido insinuar nada que pudiera tener interpretación o polémica política, en todo su recital. Y sin embargo, su mensaje cantado, y también sus comentarios entre canción y canción, están llenos de Política, en el sentido más noble y sensible de la preocupación Política seria.

 

A Kiri le duele el Perú, y le duele más aún porque sabe que todos saben que algo no funciona pero, hasta que no ocurre la catástrofe, nadie hace nada. Comenta las noticias más terribles y se fija en una niña que trabaja para un explotador, a la que no se puede ayudar sin que la exploten más aún. También se comió un zapato, sí, y cuenta y canta que el hambre hace cosas terribles, además de comerse un zapato.

 

Personalmente, yo tenía especial interés en hablar con Kiri por lo que leí de él en

https://m.facebook.com/APDAYCPERU/posts/10153396646712914

Le cito textualmente así: “Estando los autores y compositores convocados para una crucial asamblea el 3 de febrero en la sede de la APDAYC, donde sus directivos serán confrontados a muchas verdades que se quieren tapar con un dedo, vale difundir el artículo del comentarista de la República Juan de la Puente, columna LAMITADMASUNO, en referencia a la desenmascarada mentira de la tesis de ingeniería del candidato a presidente cara dura del Peru, sr. Acuña”.

 

El artículo de Juan de la Puente puede verse completo en

https://larepublica.pe/politica/913656-plagio-mentira-publica-e-informalidad

El plagio de la tesis doctoral de César Acuña es un libro abierto que trasciende las elecciones. Ojalá solo fuese un asunto de votos pero me temo que lo electoral acaba siendo coyuntural frente a un asunto más serio, la educación, la honestidad intelectual y la verdad en los hombres públicos.

Imposible despolitizar este caso aunque no deberíamos quedarnos en lo estrictamente político. Por lo pronto, me impresiona la defensa de Acuña ensayada desde la separación entre lo público y privado y la reflexión francamente elitista que señala que este es un asunto de los engreídos de arriba a quienes interesa los medios contra los de abajo a quienes interesa solo los fines.

La lógica de ambos es parecida; operan con la premisa de que la mentira privada es distinta a la pública, de modo que solo lo segundo es reprobable. Sobre esto existe un debate interminable. Una tesis sostiene que la mentira en los actos privados –la mentira privada– puede tolerarse especialmente si no tiene relevancia pública y que en cambio es inexcusable la mentira pública, salvo en las cuestiones de Estado. Una tesis contraria la expuso Inmanuel Kant,quien sostenía la diferencia entre la treta y la mentira, y que esta última es reprobable en cualquier circunstancia.

En este debate terció Benjamín Constant que polemizó con Kant afirmando que la verdad solo debe ser dicha a quienes la merecen. El filósofo francés sentenció que decir la verdad es un deber con aquellos que tienen derecho a la verdad y que nadie tiene derecho a una verdad que perjudique a otros.

Ese parece ser el punto que topa con el caso Acuña. Una tesis plagiada es una mentira ante una universidad, y quien cayó en ella regenta a su vez una universidad y pretende gobernar un país. Es una mentira más en un mar de zapatillas y prendas de vestir con marcas falsificadas, medicinas adulteradas, beneficiarios “bamba” del Vaso de Leche y Pensión 65, certificados médicos comprados para lograr días de licencia, plagios en los exámenes para la carrera docente, sustitución de postulantes a las universidades, cobros disfrazados y adulteración de facturas.

Nuestras mentiras privadas terminan siendo públicas. Hay un punto donde se juntan y ese es el derecho de instituciones y personas a que se les diga la verdad.

Por otro lado, es falso que ese contexto sea clasista; estos engaños son propios de los “arriba” y los de “abajo”. A riesgo de caer en un error grueso, no se puede sentenciar que el plagio no le importe al pueblo, incluso para los efectos de la elección de un jefe de Estado. El concepto pueblo es muy grande para generalizar en este caso porque tiene matices de tiempo y espacio. Así como se aprende a robar en los círculos más íntimos, se aprende a mentir, engañar, ocultar, y aprovecharse del otro en los espacios sociales inmediatos. Si vamos a hacer sociología de las reglas del comportamiento humano, no lo hagamos desde el racionalismo; recordemos el viejo debate sobre lo bueno y lo malo en la historia de las ideas: para Hobbes, el hombre nace malo; para Rousseau nace bueno y la sociedad lo corrompe; y para Marx, solo nace, es el medio el que lo hace bueno o malo.

Todo hombre público tiene el deber de la verdad y lo de Acuña es una mentira pública que no puede pretender ser privada; tiene relevancia con el corto plazo electoral y con el largo plazo de un país ilegal que adora en paquete el llamado emprendedurismo y cuestiona el trámite como hace 30 años amaba lo informal. Hasta que empezamos a ser asesinados por las combis.

La posibilidad de que Acuña renuncie a la candidatura o el hecho de que varios de sus adversarios también mintieron o tienen cuentas pendientes con el Estado y la sociedad no pueden ser ignorados, aunque tampoco pueden operar como una coartada frente a una realidad potente: ninguna mentira pública es privada. Este es un caso en el que las pasiones del momento no pueden conducirnos a la subestimación de graves defectos sociales. Como dice el spot de la Universidad César Vallejo, se trata de ustedes. De nosotros.

Kiri puso así, el dedo en la llaga, al señalar a la Asociación Peruana de Autores y Compositores APDAYC como responsable moral de la más necesaria defensa de la originalidad y autenticidad de la autoría real y veraz de cualquier tipo de obra, incluyendo tesis doctorales presuntamente fraudulentas. En España, el abogado de la Sociedad General de Autores y Editores SGAE Pedro Letai Weissenberg ha sido acusado por plagiar partes de su tesis doctoral "La infracción de derechos de propiedad intelectual sobre la obra musical en Internet" (PDF). Será interesante comparar los estudios plagioscópicos, plagiométricos y plagiológicos entre la tesis doctoral de Pedro Letai Weissenberg y la de César Acuña Peralta.

 

Lamentablemente, pudimos hablar poco tiempo, pero asumiendo las muy distintas posiciones y las historias diferentes de cada uno con el fenómeno de César Acuña, creo que coincidimos no solamente en cada una de las palabras de Juan de la Puente dedicadas a lo que puede esperarle al Perú si algún día ganase el candidato de Alianza Para el Progreso APP, sino que por sus profundas vivencias y recuerdos, parece advertir, muy suavemente, que los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla, una y otra y otra vez, incluso con el mismo personaje con las mismas ambiciosas intenciones y pretensiones, entre cantinflescas y terroríficas.

 

El papel de César Acuña en el Congreso, desde los tiempos de los vídeos de Vladimiro Montesinos, sus ocultos colaboradores de entonces (me están confiando algunos nombres y algunas fuentes que debieran ocupar y preocupar a la actual Dirección de Inteligencia Nacional del Perú, muy seriamente), sus discursos y sus ¿escritos? (aspiramos a conseguir un ejemplar de las “¿obras completas de César Acuña Peralta?”) deben de ser bien historiografiados, porque todo candidato a la presidencia de un país debe responder por toda su vida pública, sin que nadie tenga ningún miedo a preguntarle y sin que él eluda responder, como si estuviese frente a al fiscal en un juzgado y bajo solemne juramento (que tal vez acabe teniendo que prestar Acuña en Madrid para defender su curiosa demanda por su propio honor).

 

Con el máximo respeto hacia cualquier otra opinión discrepante, el recital y la breve conversación con Kiri me hace sentir un orgullo muy especial al ser conocido en el Perú por haber denunciado el fraude y la burla descarada del jactancioso César Acuña, que no solamente se jacta de haber tenido un “equipo de redacción” y de haber “copiado” (¿no plagiado?), o de no leer ni escribir nunca nada, o de tener la “plata como cancha”, sino que supongo que tampoco tiene ni idea de quién es, ni qué canta Daniel “Kiri” Escobar. Yo, desde hoy, un poco sí. Vuelve pronto, Kiri.

 

Miguel Gallardo es licenciado y doctor en Filosofía (PhD), perito judicial criminólogo e ingeniero forense especialista en peritajes judiciales mediante acústica forense y tecnologías audiovisuales multimedia para enjuiciamiento criminal www.cita.es/apedanica-audiovisual.pdf Tel.902998352 E-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. y Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

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